miércoles, 13 de enero de 2016

QUÉDATE

Quédate. Quédate cerca, tan cerca que te duelan los ojos al mirarme. Tan próximo que pueda adivinar tus intenciones. Rocémonos y que nuestras caras se cubran con el vapor de nuestras respiraciones. Quédate y robémonos los lados de la cama y compartamos alguna cosa más que las sábanas. Acerquémonos y que se nos hiele la sangre. No nos hagamos preguntas y, aún menos, intentemos hallar respuestas. No te vayas que no podré compartir ni el tiempo ni el espacio con tu persona. Y quiero que te duelan los ojos y verme en tus intenciones. Y quiero, no sólo sentir el vapor de nuestras respiraciones, sino evaporarme. Quiero que nos saqueemos el uno al otro, que nos robemos hasta la identidad y confundirnos la piel. Quiero que compartamos el aquí y el ahora. Hiélame la sangre y no me preguntes nada, que ya regalé todas mis respuestas a aquellos que necesitan saberlo todo. Quiero que te quedes. Quédate. Cerca. Quédate.