Ella me dicta
porque aún no sabe escribir. Él me maúlla porque aún no ha aprendido a hablar,
sólo le dio tiempo a reconocer los ruidos de algún gato callejero que dejaba
pasar las noches debajo de su
ventana. Ella únicamente me grita,
porque nunca tuvo la oportunidad de hablar rodeada de silencio, sin forzar las
cuerdas vocales. Él llora, es lo que aprendió al nacer y los años pasaron, pero
no había nada más que expresar, sólo miedo, hambre y sed. Ya no están.
‘’ Si
quiere, señor, puedo convertirme en piedra, así podrán esconderse mis hermanas.
Si quiere, señor, puedo convertirme en agua, en refugio. Le pido que me
obligue, que haga conmigo como está haciendo ahora, oblígueme, conviértame en
río, en pozo, en plato de comida. Ha
tenido la decencia de convertirme en víctima, en cadáver, en un cuerpo
moribundo, en huérfana y en viuda, ¿Por qué no se encapricha en obligarme a ser
otra cosa? Incluso me volveré metralleta o arma blanca, pero al menos que mi
madre pueda defenderse. Me convertiré en ambulancia u hospital, si usted
quiere, es para mi padre. ‘’
‘’ -¿Por qué
mi casa ahora es solo piedra y polvo? ¿Por qué las vidas son jugadas a destajo
por ludópatas de la muerte? ¿Por qué? ¿Por qué mi hermana ya no está en casa,
por qué está muerta y ni yo misma puedo enterrarla? ¿Por qué no me habéis dado
la oportunidad de crecer un poco más, de entender toda esta historia? ¿Y mi
padre? ¿Por qué mi madre me abraza a todas horas? ¿Por qué me tapa los oídos,
consciente que el ruido de las bombas llega hasta el rincón más íntimo de
nuestro cuerpo? ¿Por qué las luces del cielo no son estrellas fugaces, ni
ovnis, ni fuegos artificiales? ¿Por qué? ¿Por qué mis vecinos, que ya no son
vecinos, gritan que el resto del mundo nos da la espalda? ¿Por qué nos dan la
espalda, señor?
- ¿Y qué
quiere que yo le conteste, si no hay ni techo donde cobijarme tranquilamente
para dar una explicación a mi pequeña? ¿Todo ha cambiado tanto que ahora ni el
genocidio es penado? ¿Y cómo debo contestar las preguntas de mi niña si mis
respuestas también acaban con interrogante? No hay inocencia más sublime que la
de un pueblo bombardeado. La voz atrofiada por las explosiones no me deja
hablar, y la incomprensión de esta aniquilación me amputa la lengua. Pido
tregua, pido tregua, pido tregua, pido tregua, pido tregua, pido tregua, pido
tregua. ¿Qué debo explicar si mi niña ya no está? ¿ Señor?''
‘’ Un día
una señora muy mayor me explicó un chiste que por lo visto no entendí: hemos venido a este mundo para ser felices, éste es el verdadero objetivo del ser humano’. Me reí y la señora no
entendió el motivo de la carcajada que dejé escapar espontáneamente. Me sorprendió, pero no he tenido tiempo a
procesar mentalmente tal reacción. El otro día jugaba en la playa con dos
amigos más y nos dispararon. Uno a uno. Tengo hambre.
Me volví a
encontrar aquella señora muy mayor y se dispuso a darme una explicación: Supongo que el error es la confianza
depositada en la humanidad. Venimos a la vida dispuestas a comernos el mundo y
el mundo sufre una epidemia mortal de seres humanos. ¿Pido permiso para vivir?
Mierda!
Ahora estoy empapado de sangre. ‘’
Pero ahora
ya no están.
No hay comentarios:
Publicar un comentario